martes, 1 de marzo de 2011

Balaur bondoc, el «dragón» que se paseó por Europa

Su nombre es Balaur bondoc, (Dragón robusto). Es un pariente cercano del Velociraptor y vivió a finales del Cretácico, hace entre 99,6 y 65,5 millones de años, en lo que hoy es Rumanía. Se trata de una nueva especie de depredador prehistórico y sus restos, descubiertos por paleontólogos de la Unversidad de Bucarest y el Museo de Historia Natural norteamericano, vienen a llenar el vacío de especies carnívoras europeas de aquél lejano periodo. El hallazgo se destaca en la portada del último número de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Con este descubrimiento los paleontólogos dan respuesta a una vieja cuestión científica: ¿Cómo eran los depredadores europeos del Cretácico superior? Balaur bondoc es, hasta ahora, la mejor muestra de la que se dispone y su sola presencia basta para arrojar nueva luz sobre un ecosistema ya desaparecido y completamente diferente del actual.De hecho, la Europa del final del Cratécico estaba casi por completo cubierta de agua, y constituía un archipiélago aislado de las grandes masas de tierra y habitado en su mayor parte por especies enanas y más primitivas que sus parientes continentales.
El enanismo es un fenómeno muy habitual en las islas, incluso en los tiempos actuales, y está relacionado con la relativa escasez de espacio y de recursos alimenticios. Pero el Dragón robusto fue una escepción a esta regla.
Pesado y robusto
En efecto, su tamaño era igual, en incluso superior, al de los parientes que habitaban en los continentes. "Todos hemos estado esperando por algo como esto -afirma Mark Norell, jefe de la División de Paleontología del Museo Americano de Historia Natural y uno de los autores del artículo de Proceedings- Balaur bondoc es pesado, con extremidades rechonchas y robustas y los huesos fusionados". Un aspecto ciertamente poco habitual entre la fauna de esa zona y en una época cercana al final de la era de los dinosaurios.
Balaur -asegura por su parte Zoltán Csiki, de la Universidad de Bucarest- debió ser uno de los mayores depredadores de este ecosistema, ya que en toda Rumanía no se ha encontrado ni siquiera un diente grande en más de cien años de investigación".
Los restos encontrados del nuevo terópodo forman un esqueleto parcial que incluye una pierna, la cadera, la espina dorsal, los brazos, costillas y la rabadilla. Pero a pesar de no ser comletos, incluyen hasta 20 rasgos únicos cuando se comparan con los de sus arientes más próximos.
Armas terribles
Entre estos rasgos destacan las enormes garras extensibles en que terminan dos de los dedos de sus pies, unas armas terribles que con toda probabilidad utilizaba para reducir a sus presas. Dos garras en vez de una sola, que es lo habitual en parientes como los velociraptores.
Los pies y las piernas de Balaur bondoc también son únicos, cortos y gruesos, y con sus huesos fusionados. La pelvis muestra unas enormes zonas de anclaje muscular, lo que indica que esta especie se basaba más en la fuerza bruta que en la velocidad, más común entre otros terópodos.
Sin duda, las extremidades inferiores fueron sus mejores y más temibles armas. Balaur es, por todo ello, un nuevo tipo de dinosaurio depredador, muy diferente de cualquier otra clase conocida hasta ahora


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Dulce Leonor Fonseca Pérez
C.I 21085969
EES

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